BARRIO LA VICTORIA – Luego de la inauguración del nuevo Centro de Desarrollo Infantil N° 10, en el barrio La Victoria de Belén de Escobar, este medio dialogó con Javier Ramón Irure, quien fuese esposo de Edith Migueles, cuyo nombre fue impuesto a dicha entidad.

Emocionado, Javier nos contó que para él: «la verdad que es increíble porque, como decía hace un ratito, toda su vida estuvo abocada a la educación, trabajó en todos los niveles, menos de superior. Fue directora del jardín del Colegio de Torres, fue directora 913 de jardín, trabajó en técnica, trabajó en la 501 más de 20 años, y bueno, es una emoción increíble, sobre todo porque fue por el voto de la gente, de sus compañeros, de sus alumnos, de sus vecinos, y eso es muy emocionante».
Respecto a su vida con Edith, Irure confirmó que «tenemos tres hijos, dos mujeres y un varón, que ya nos han dado nietos, tengo cinco nietos, dos varones y tres mujeres, tenemos una nieta de 17 años ya, y bueno, Edith era una mujer de todo terreno, toda su vida abocada a la niñez, a trabajar con los chicos, a sus hijos, y era una compañera vaga. Ella nació en Basavilbaso, en Entre Ríos, y vino acá en el año ’83. Y tenemos una anécdota muy linda, yo la conocí ese año, me enamoré de ella ni bien la vi, y a los 45 días nos casamos», relató conmovido, y continuó: «40 años de matrimonio, 41, hasta que bueno, desgraciadamente ella falleció de manera muy rápida, ella se enfermó y en 27 días falleció. Y bueno, nos dejó a nosotros acá, tratando de pelearla».
«Cuando vi el cartel en la puerta, se me estrujó el corazón»
Javier Ramón Irure.


Cuestionado sobre la historia de su esposa y su gran trabajo en la zona de islas, explicó que «en realidad ella quedaba toda la semana allá, en Campana, y la gente de la isla le regalaba cosas, frutas, y una vez le regalaron un chancho, un lechón, pero vivo. Y lo tuvo que traer en la lancha, la lancha Galufré, hasta Campana, y después se iba con el chancho. No sabía cómo llegar a su casa, ya en ese momento vivía en Campana», comentó risueño.
«Ha tenido millones de anécdotas de cómo vivió en la isla, mucho tiempo, cómo pasaban la semana entera ahí. Y ella era muy jovencita en ese momento. Y después, bueno, acá ella empezó trabajando en el jardín de la escuela 7, cuando el jardín estaba en la escuela 7, no como está ahora. Y bueno, esos fueron sus comienzos en Escobar. Fue, bueno, toda una vida de trabajo», culminó.