REPARTIDORES DE APLICACIONES – En el transcurso del año, las ciudades anteriormente mencionadas han registrado un alarmante incremento en los robos, situación que ha generado gran preocupación entre la comunidad y, en especial, entre los repartidores de Pedidos Ya. Estos trabajadores, que dependen de sus vehículos para ganarse la vida, han sido señalados como los principales objetivos de los delincuentes, quienes los despojan de sus medio de trabajo, fruto de tanto esfuerzo y sacrificio.
Una realidad que afecta el sustento de muchos
Según varios testimonios recogidos por los chicos de Maschwitz, quienes habitualmente tiene como «Zona» las ciudades de Maschwitz, Garín, Maquinista Savio y Benavídez y Dique Luján, han notado el aumento de la delincuencia y esto les ha pasado factura en la rutina diaria de los repartidores. “Nunca me sentí tan expuesto; salir a trabajar ya no es lo mismo. Cada día es una lucha para cumplir con mis entregas sin caer en manos de delincuentes”, declaró Luis, repartidor de Pedidos Ya, durante una entrevista exclusiva. Luis agregó que la situación se agrava porque, a diferencia de otros robos, estos actos afectan directamente la fuente de ingresos de quienes han invertido sus ahorros en adquirir vehículos que les permitan laborar.
El problema se complica con los seguros
A pesar de que muchos repartidores cuentan con seguros para proteger sus vehículos, han surgido numerosos casos en los que las compañías aseguradoras buscan la forma de no pagar tras un robo. Incluso, varias aseguradoras se rehúsan a tomar motos, ya que se han convertido en el vehículo más robado en estas zonas. Esta situación deja a los trabajadores en una posición aún más vulnerable, incrementando la incertidumbre y el riesgo de perder su principal herramienta de trabajo sin recibir respaldo económico.
Robos sistemáticos y demanda de mayor seguridad
Diversos vecinos y trabajadores han denunciado que en zonas estratégicas de Ingeniero Maschwitz y Garín los robos se han vuelto recurrentes. “No solo se trata de un robo; es la pérdida de un medio de vida. Los vehículos de reparto se han convertido en blanco fácil para los delincuentes”, señaló un representante de la comunidad, quien, por el deseo de mantener el anonimato, indicó que la falta de presencia policial y los insuficientes controles han permitido que estos hechos se multipliquen sin consecuencias inmediatas.
Expertos en seguridad urbana advierten que el crecimiento desmedido de estos robos no solo pone en riesgo la integridad de los trabajadores, sino también la estabilidad económica de muchas familias. “Cuando se despoja a un repartidor de su herramienta de trabajo, se afecta no solo a él, sino a toda la cadena de distribución y, en consecuencia, a la economía local”, afirmó un analista de seguridad ciudadana.
Reacciones y exigencias ante la ola delictiva
Ante este escenario, tanto los repartidores como los ciudadanos exigen a las autoridades locales una respuesta urgente y contundente, ya que pese a la nueva implementación de la «Policía Municipal», las motocicletas sólo circulan durante el día, mientras que por las noches se encuentran resguardadas en la posta de seguridad del Grupo Policial Motorizado, ubicado sobre Ruta 26.
Entre las medidas solicitadas se encuentra el incremento de la presencia policial en las áreas de mayor incidencia, la instalación de cámaras de seguridad y una revisión exhaustiva de los puntos críticos de la zona. “No podemos seguir trabajando en un ambiente donde la inseguridad nos saca la paz y, sobre todo, el derecho a ganarnos la vida dignamente”, concluyó en la entrevista.
Sin embargo, mientras no se implementen medidas efectivas, los repartidores continúan con el temor constante de ver comprometida su fuente de ingresos y, con ello, el bienestar de sus familias.
Un llamado a la acción
La escalada de robos en Ingeniero Maschwitz y Garín evidencia una problemática que requiere una intervención inmediata por parte de las autoridades locales y nacionales. La seguridad en las calles es un derecho fundamental y, para garantizarla, es indispensable el compromiso conjunto de la comunidad, las fuerzas de seguridad y las instituciones gubernamentales. Mientras tanto, los repartidores de Pedidos Ya y otros trabajadores vulnerables siguen siendo los más afectados por una ola delictiva que parece no dar tregua, poniendo en jaque el tejido social y económico de la región.
Sin ir más lejos, el último hecho delictivo que se ha registrado en los últimos días, ocurrió en el Boulevard de Garín, cerca de la Unidad de Diagnóstico Precoz (UDP) y de una garita policial. Allí, un intento de robo culminó con una violenta agresión. Un joven fue víctima de un violento intento de robo. Según el relato, «circulaba en la motocicleta cuando fui interceptado por delincuentes que intentaron arrebatármela». Ante la resistencia del joven, los agresores lo tiraron violentamente al suelo, provocándole una doble fractura en el tobillo que requiere cirugía y la colocación de clavos.
La indignación de la familia creció cuando, al intentar radicar la denuncia, la policía se negó a tomarla. «Me parece una injusticia, los policías no le quisieron tomar la denuncia y no es justo para una persona trabajadora. Tiene un hijo al que tiene que alimentar y ahora va a tener que estar sin trabajar, y no sé hasta cuándo el trabajo lo va a aguantar sin poder ir», expresó su prima.
El hecho ha encendido la alarma entre los vecinos, quienes denuncian la falta de seguridad en la zona y exigen medidas concretas a las autoridades. «No hay seguridad. Exigimos seguridad en Garín», reclamó la familiar de la víctima, en un pedido que refleja el sentir de toda una comunidad cansada de convivir con el miedo y la impunidad.
Mientras la víctima espera la intervención quirúrgica, su familia y vecinos claman por justicia y refuerzan el llamado a un accionar inmediato por parte de las fuerzas de seguridad, con la esperanza de evitar que hechos de esta gravedad se repitan en Garín.