El Tribunal Oral Federal 3 de San Martín condenó a seis años y 8 meses de prisión por secuestro extorsivo a Alexia Souto Moyano, una de las últimas acusadas por el secuestro y posterior asesinato del joven Matías Berardi ocurrido en 2010.
Lo hizo por ser «coautora» del delito y, si bien no irá detenida hasta quedar firme el fallo, deberá fijar un domicilio, presentarse ante el tribunal periódicamente y la prohibición de acercarse con los familiares de la víctima y sus allegados, mientras que llevará colocada una tobillera electrónica.
Matías Berardi fue asesinado en 2010 luego de haber sido secuestrado por una banda que le había pedido una suma de dinero como rescate a su familia.
Matías Berardi dejó su casa en Ingeniero Maschwitz alrededor de las 21.30 del lunes 27 de septiembre para asistir a una fiesta de egresados en la Costanera Norte en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A su vuelta, se bajó de una combi aproximadamente a las 5.45 del martes en Ruta 26 y Panamericana. Allí fue sorprendido y secuestrado por una banda liderada por Richard Fabián Souto, quien lo mantuvo cautivo en un taller de Benavídez.
Hubo un primer llamado telefónico al celular de María Inés Daveiro hecho desde el teléfono de Matías, donde le informaron que había sido secuestrado y le exigían dinero para su liberación.
Según consta en la causa, ese fue la primera de una serie de ocho comunicaciones que se repitieron a lo largo del día, en las que los extorsionadores le exigían a la familia cifras cada vez más abultadas, hasta llegar a los treinta mil pesos.
Escapó y no lo ayudaron
Matías fue maniatado y encerrado dentro de un taller de herrería propiedad de Souto, ubicado en Benavidez. Pasaron 14 largas horas de golpes y amenazas, hasta que el joven decidió escapar.
Según el expediente, alrededor de las 19.20 de ese martes logró saltar una reja y escapar hacia el parque que rodeaba la herrería. Allí, llegó a una calle, donde pidió ayuda. Al mismo tiempo, tres mujeres, parte del clan de los secuestradores, anunciaban a viva voz que el fugitivo era un “ladrón” que había intentado asaltar su casa.
Un vecino que vivía enfrente del domicilio de la familia Souto, contó que ese día, entre las 19 y 20.30, iba a entrar a su casa con su hija, cuando se le acercó un chico que gritaba y le suplicaba por un celular porque “lo tenían secuestrado”. Ante su falta de reacción, el adolescente huyó.
No fue el único en ver lo que pasaba, ya que otro testigo que caminaba por la calle contó que, al pasar frente al inmueble de los Souto, vio saltar por arriba del portón a un menor que le preguntaba con desesperación dónde se encontraba y corría nervioso.
También declaró la dueña del quiosco que se encontraba frente a la herrería. Según la mujer, ese día miraba televisión en su local, cuando sonó el timbre y se acercó a una de las ventanas un chico que decía que lo habían secuestrado y pedía que llamaran a la policía.
Segundos después, un remisero que se encontraba junto a su nieto y un compañero de trabajo en la zona afirmó que por esas horas un adolescente consternado intentó abrirle la puerta delantera de su auto. El hombre decidió acelerar al escuchar desde otro vehículo que se trataba de un «delincuente».
Mientras rogaba por su vida sin que nadie le prestara ayuda, los captores pudieron recapturarlo y encerrarlo nuevamente.
El trágico final
Casi una hora después del intento de fuga, uno de los secuestradores, identificado luego como Néstor Facundo Maidana Calveira, llamó al padre de Matías para chequear cuánto dinero habían logrado reunir, cifra que no los dejó satisfechos.
Fue entonces que los captores decidieron el peor final para Matías, en la madrugada del miércoles 29, Richard Fabián Souto y Néstor Facundo Maidana trasladaron al adolescente hasta un camino de tierra ubicado a dos kilómetros de la Rotonda de Avenida Rivadavia, en la localidad de Campana, donde le dispararon dos veces.
El hallazgo del cuerpo fue ese mismo día a las 17.00 y a partir de un llamado anónimo al 911 se logró dar con los captores.
Condenas
En 2013, el Tribunal Oral Federal 3 de San Martín condenó a prisión perpetua al herrero Richard Souto y a Néstor Maidana, Damián Sack, Gabriel Figueroa y Gonzalo Álvarez. También condenó a penas de 24 años de prisión a Ana Moyano; a 17 años de cárcel a Jennifer Souto Moyano; a 19 a Celeste Moyano; a 21 a Federico Maidana y a 18 a Elías Vivas.
Los jueces de aquel debate no pudieron comprobar que Alexia Souto Moyano, otra de las hijas de Richard Souto y Ana Moyano, haya estado en el galpón donde estuvo retenida y ocultada la víctima, por lo que la absolvieron.
Sin embargo, en 2016, la Cámara Federal de Casación confirmó las condenas de todos los imputados y revocó la absolución de Alexia Souto, quien a partir del 3 de octubre próximo pasado fue nuevamente juzgada y a quien ayer el Tribunal Oral Federal 3 de San Martín condenó a seis años y 8 meses de prisión por secuestro extorsivo.