CRIMEN Y JUSTICIA – Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, fue detenido en Pucusana tras un operativo internacional. La Justicia lo señala como autor intelectual del crimen de Brenda, Morena y Lara, asesinadas en septiembre y cuyo femicidio fue transmitido en vivo.
La investigación por el brutal asesinato de Brenda del Castillo, Lara Gutiérrez y Morena Verdi sumó en las últimas horas un giro clave. La Policía Bonaerense, junto con la Dirección Antidrogas de la Policía Nacional de Perú, detuvo en la localidad de Pucusana, al sur de Lima, a Tony Janzen Valverde Victoriano, conocido como “Pequeño J”. Según la Justicia argentina, el hombre es el presunto autor intelectual del triple femicidio narco ocurrido el pasado 19 de septiembre en Florencio Varela.
Valverde Victoriano tenía pedido de captura internacional y había logrado escapar de Bolivia hacia Perú de manera ilegal. Para eludir los controles policiales viajaba con varios teléfonos y chips que intercalaba, además de esconderse en transportes de carga. Finalmente fue arrestado cuando circulaba oculto en un camión de pescado por la autopista Panamericana Sur, a 70 kilómetros del centro de Lima. Planeaba encontrarse esa misma noche en el distrito de Los Olivos con su mano derecha, Matías Agustín Ozorio, quien también fue detenido horas antes.
Con la caída de “Pequeño J”, ya son nueve los apresados por el caso. Entre ellos están Magalí Celeste González Guerrero, Andrés Maximiliano Parra, Iara Daniela Ibarra y Miguel Ángel Villanueva Silva, todos trasladados al penal de Melchor Romero. También fueron capturados recientemente Víctor Sotacuro Lázaro en Bolivia, Ariel Giménez —acusado de cavar la fosa donde se hallaron los cuerpos— y Florencia Ibáñez, sobrina de Sotacuro, que habría participado en la logística la noche del crimen.
La hipótesis fiscal sostiene que Brenda, Morena y Lara fueron engañadas con la promesa de asistir a una fiesta en el barrio porteño de Flores. Subieron a una camioneta Chevrolet Tracker blanca en la rotonda de La Tablada, pero nunca llegaron a destino. La última señal de vida fue una foto publicada en redes sociales desde el interior del vehículo. Horas después, según los peritajes, fueron torturadas y asesinadas. Sus cuerpos aparecieron enterrados en una fosa, y las pericias establecieron que parte del ataque fue transmitido en vivo por redes sociales como método de intimidación mafiosa.
La figura de “Pequeño J” aparece en el centro de la trama. Para los investigadores, fue quien planificó tanto la ejecución como la difusión del crimen, en un intento por consolidar su posición en el negocio del tusi (cocaína rosada) en el conurbano bonaerense. Según el ministro de Seguridad de la provincia, Javier Alonso, Valverde Victoriano buscaba expandirse desde la villa 21-24 del Bajo Flores, donde mantenía un búnker tomado “a sangre y fuego”, hacia Florencio Varela y otros distritos.
Alonso lo describió como “un sádico, terriblemente cruel”, rodeado de un grupo de jóvenes mujeres y de hombres a los que llamaba “perros”, que lo escoltaban en cada movimiento. La red, según declaró, servía tanto para captar chicas vinculadas al ambiente del reggaetón y el hip hop como para operar la venta de drogas.
La detención de “Pequeño J” fue producto de un operativo coordinado entre la DDI bonaerense y las autoridades peruanas, encabezadas por el general Santos Villalta, jefe de la Dirección Antidrogas, y el coronel Hebert Troya Achaa, de la división de investigaciones especiales. La cooperación internacional resultó decisiva para seguir sus movimientos y preparar la emboscada que terminó con su captura.
Con este nuevo arresto, la causa por el triple femicidio de Florencio Varela avanza hacia la consolidación de las pruebas que ubican a Valverde Victoriano como el ideólogo del ataque. La Justicia argentina prepara ahora los trámites de extradición para que el acusado sea juzgado en el país por un crimen que conmocionó a todo el conurbano y expuso la brutalidad del narco en su disputa territorial.