Los gritos de la víctima alertaron a los vecinos. La mujer afirmó que venía siendo violentada de forma casi constante desde hacía dos semanas. El hombre fue detenido.
Un grave caso de violencia de género sacudió en la madrugada de ayer al barrio Agustoni, en Pilar, cuando un hombre de 28 años fue detenido tras ser sorprendido agrediendo brutalmente a su pareja y profiriéndole amenazas de muerte. El hecho ocurrió en una vivienda ubicada sobre la calle Chile al 1100, y fue denunciado por vecinos alarmados por los desgarradores gritos de auxilio de la víctima.
Según informaron fuentes policiales, el Comando de Patrullas de Pilar se encontraba realizando recorridas preventivas por la zona cuando recibió el alerta vecinal. Al llegar al lugar, los efectivos constataron una escena de violencia doméstica en curso: una mujer de 30 años presentaba signos visibles de haber sido golpeada, además de encontrarse en estado de shock y angustia.
La víctima relató a los agentes que desde hacía al menos dos semanas venía sufriendo agresiones físicas y psicológicas por parte de su pareja, quien además la amenazaba de muerte de forma reiterada. Su testimonio reveló un contexto de violencia sostenida, que solo pudo interrumpirse gracias a la intervención de los vecinos y la rápida respuesta policial.
El agresor fue inmediatamente reducido y trasladado a la comisaría, donde quedó detenido a disposición de la Justicia. La Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Género de Pilar tomó intervención en el caso y caratuló la causa como «Lesiones y amenazas». Además, el Juzgado de Garantías N° 6 será el encargado de supervisar el proceso judicial correspondiente.
Desde la Secretaría de la Mujer y Diversidad local se pusieron en contacto con la víctima para brindarle contención y asesoramiento. Además, se evalúan medidas de protección para garantizar su seguridad, como una orden de restricción y eventual reubicación, en caso de ser necesario.
Este nuevo episodio de violencia doméstica pone de manifiesto la necesidad urgente de reforzar las políticas públicas de prevención, asistencia y seguimiento de casos de violencia de género, así como el compromiso de la comunidad para no mirar hacia otro lado ante señales de maltrato.