TORNEO REGIONAL – Si hay algo que caracteriza a Atlético Escobar es su corazón. Este Sábado, en Monte Grande, el fucsia volvió a demostrar que no llegó al Torneo Regional Amateur por casualidad.

El empate 0-0 ante el local fue más que un punto: fue una muestra de carácter, de garra y de cómo un club de barrio puede hacerse grande con esfuerzo y pasión.
Desde el primer minuto, se notaba la determinación de los jugadores de Escobar. La pelota pasaba de un lado a otro, buscando el hueco por el lateral derecho, intentando romper la defensa cerrada de Monte Grande. La gente en la tribuna sentía cada pase, cada movimiento, y alentaba como si el gol fuera a llegar en cualquier instante. Verón tuvo dos chances claras de cabeza y la emoción estallaba en la tribuna… pero la pelota no quiso entrar.
A los 25 minutos del primer tiempo, la historia dio un giro: Lucas Aiduc, el nueve del local, fue expulsado por una falta fuerte. ¡Un hombre de más! La hinchada fucsia respiró hondo y creyó que la apertura del marcador estaba cerca. Pero Monte Grande, a pesar de estar con uno menos, se cerró, se defendió con uñas y dientes, y Escobar no logró quebrar su muro antes del descanso. Fue frustrante, pero la fe seguía intacta.

En la segunda mitad, el partido se puso intenso. Monte Grande presionaba y aprovechaba cualquier descuido para generar peligro. Pero Álvarez estaba gigante bajo los tres palos, sacando pelotas imposibles y manteniendo el arco en cero. Cada atajada era un grito de la tribuna, un “¡vamos fucsia, vamos!” que retumbaba en la cancha y en el corazón de cada hincha.
Sobre los últimos quince minutos, el equipo de Simi volvió a tomar el control. Los cambios le dieron frescura y energía, y aunque Giuliano Escobar tuvo la chance más clara tras un córner de Galeano, Verón volvió a salvar al local con una intervención soberbia. La tensión se cortaba con cuchillo, los minutos pasaban y la hinchada contenía la respiración esperando que la pelota se metiera. Pero el pitazo final llegó: empate 0-0. Y aunque no hubo goles, la sensación fue de victoria.

Porque este punto de visitante no es cualquier cosa: posiciona al fucsia como puntero con cuatro unidades. Y más allá de la tabla, refleja lo que este club representa. Atlético Escobar no es solo un equipo; es un barrio, es una historia de esfuerzo, de sueños compartidos y de crecimiento constante. De aquel equipo humilde que luchaba en canchas de tierra a un club que hoy se mide de igual a igual con cualquiera del Torneo Regional, el camino se siente en cada pase, en cada jugada y en cada grito de la tribuna.
La próxima fecha, el fucsia tendrá descanso mientras Monte Grande recibe a La Josefa. Pero los ojos de los hinchas ya miran al domingo 16: Escobar visita a La Josefa en Campana con la ilusión intacta de seguir haciendo historia. Este equipo tiene algo especial: no solo juega con los pies, juega con el corazón. Y ese corazón fucsia late fuerte, orgulloso, sabiendo que lo mejor está por venir.
