EL AMOR EN TIEMPOS DE GESTIÓN – A pesar de la acalorada agenda: el jefe comunal del distrito, se hizo un espacio para el amor y durante el mediodía de hoy, que seguramente quedará marcado en la historia sentimental de Escobar, darán el “sí” en el Registro Civil de Belén. El intendente Ariel Sujarchuk y la martillera pública y exmodelo Macarena Lemos tendrán la ceremonia, sencilla pero profundamente significativa y será mucho más que un acto formal: será la expresión pública de una relación que creció a la vista de todos, sin estridencias ni ocultamientos, pero sí con mucho amor y un fuerte arraigo al territorio que ambos eligieron para vivir y proyectarse.
El anuncio del casamiento no fue una sorpresa, aunque sí una alegría compartida. Hace ocho meses la pareja había hecho pública su intención de formalizar su vínculo, y desde entonces los preparativos fueron avanzando con naturalidad. Ahora, con la fecha confirmada y todos los detalles definidos, el evento se convierte en una celebración no solo para ellos, sino también para muchos vecinos que sienten un vínculo cercano con esta historia. No es habitual que un intendente se case durante su mandato, y menos aún en el mismo lugar donde tantas parejas escobarenses han comenzado su camino como familia.


“Creemos en el amor y en la familia, por lo que será un día especial. Estamos muy contentos, felices, y agradecidos por tantas muestras de cariño”, expresaron en conjunto Ariel y Macarena, reflejando esa unidad que caracteriza su relación. Ambos entienden la dimensión pública de este paso, pero lo viven como lo que es: una celebración del amor en su forma más íntima y auténtica.
El Registro Civil ubicado en Alberdi al 500 es un lugar muy significativo para ellos. No solo por su función simbólica como espacio donde se firman compromisos de por vida, sino también porque fue remodelado durante la gestión del propio Sujarchuk. “Entrar al Registro Civil desde este lugar me emociona. Jamás pensé que ese sitio que arreglamos, la casita donde se hacen las ceremonias, el Jardín Japonés donde los recién casados se sacan fotos o el muro del amor ubicado ahí mismo, me iban a encontrar con Maca de la mano, dando el ‘Sí’”, confesó el intendente. Para él, casarse en Escobar no es solo una elección práctica, sino un gesto cargado de sentido: “Casarnos en Escobar es muy importante para mí, porque este es el lugar que elegí para vivir y disfrutar cada día de mi vida”.
Macarena Lemos, por su parte, comparte ese sentimiento de pertenencia. Nacida en Rosario, encontró en Escobar no solo su nuevo hogar, sino también un espacio donde desarrollar su vocación, construir afectos y proyectarse a futuro. “Nunca imaginé que en este mundo existiera un hombre como Ari, tan lleno de amor, cualidades e inteligencia. Lo amo a él y amo todo lo que hace por esta ciudad”, expresó con emoción. En sus palabras no solo hay admiración por el hombre que eligió como compañero, sino también un reconocimiento al compromiso social y político que define a Sujarchuk, y que ella acompaña desde su lugar con convicción y cercanía.

La historia entre Ariel y Macarena lleva ya más de cinco años. Una relación que, sin buscarlo, se fue volviendo parte del paisaje público escobarense. En actos oficiales, en caminatas por las plazas, en eventos solidarios o simplemente en publicaciones en redes sociales, su vínculo fue consolidándose ante la mirada de una comunidad que los vio crecer como pareja. Lejos de las poses o los artificios, su amor se expresa con palabras simples pero contundentes. El pasado 14 de febrero, Día de los Enamorados, el intendente le dedicó un mensaje en Instagram que decía: “Sos mi compañera y mi refugio. Tu energía, tu simpleza y tu amor hacen que cada día juntos sea único”. Ella respondió con la misma ternura: “Gracias, mi amor, por elegirme cada día, por acompañarme. Me das fuerzas, me llenás de sueños y, a tu lado, sé que no hay imposibles. Siempre y para siempre. ¡Te amo!”.
Esa complicidad, que no se agota en lo romántico, también se traslada al modo en que viven su cotidianidad. Ambos se muestran comprometidos con sus tareas, pero sin dejar de lado lo afectivo. De hecho, han construido una familia ensamblada que los acompaña en esta nueva etapa con alegría y orgullo.
Después de la ceremonia, como tantos otros matrimonios escobarenses, caminarán por el Jardín Japonés y la plaza Juan Manuel de Rosas, ambos espacios ubicados junto al Registro. Saludarán a quienes se acerquen –familiares, amigos, vecinos–, compartirán abrazos, fotos, sonrisas. Será un momento emotivo, pero también de celebración colectiva. Porque este casamiento, aunque íntimo, no deja de tener un fuerte anclaje comunitario: es el intendente que se casa en su ciudad, con su gente.
La jornada terminará en la tradicional Hostería El Cazador, donde se realizará un festejo privado para sus seres más cercanos. Está previsto que haya música, baile y un brindis prolongado que extienda la alegría durante toda la tarde. No será una boda multitudinaria ni mediática. Será, más bien, una celebración serena, sincera, donde el amor se exprese en los gestos, las miradas, las palabras compartidas.
Para Ariel Sujarchuk y Macarena Lemos, este casamiento es un paso más en un camino que vienen transitando hace tiempo. Un camino donde lo público y lo privado se entrelazan sin estridencias, con compromiso y con ternura. Y donde, en medio de agendas apretadas y responsabilidades institucionales, eligen seguir creyendo en el amor, en la familia, y en ese tipo de felicidad que se construye día a día, con paciencia, diálogo y convicción.
Por Lucas Rodrigo Barzola