«SÓLO MUERE QUIEN ES OLVIDADO«- Un día como ayer, 19 años atrás, falleció a los 51 años el Comandante y jefe del cuartel de Bomberos de Escobar Daniel González. Junto a él, también perdía la vida el suboficial mayor Carlos René Rivas a los 46 años. La tragedia ocurrió aproximadamente a las cuatro de la mañana del 22 de diciembre de 2004. Los Bomberos murieron en cumplimiento de servicio.
Aquella fatídica madrugada, tres fábricas comenzaron a ser devoradas por el fuego en el parque industrial de Pilar. Cincuenta dotaciones de bomberos trabajaban en el lugar sin dar abasto con las llamas.
La autobomba de Escobar que nunca llegó a destino volcó en el cruce de las calles 9 y 15. Ese móvil de Bomberos, tomó muy rápido una curva extremadamente cerrada, prácticamente sin iluminación, a la entrada del Parque Industrial. Los bomberos no conocían ese camino porque no eran de Pilar, por lo que impactaron con un camión de una panificadora.
El otro vehículo, era conducido por un hombre que salió ileso del accidente y que quedó demorado mientras se llegaba a una primera conclusión en la investigación a cargo del fiscal Enrique Ferrari. Las dos muertes fueron calificadas como “homicidio culposo”.
Uno de los dos bomberos murió en el acto y el otro falleció un rato después, en el hospital de Pilar. Eran el Comandante Daniel González, quien se desempeñaba como titular de Escobar, y el Ayudante Auxiliar Carlos Rivas, de 45. Por la tarde fueron velados en el cuartel central de Escobar.
González, que siempre trabajó en Escobar, estaba casado y su hijo también es bombero voluntario, hoy la vida y su sacrificio lo llevó a ser el jefe de cuerpo de ese mismo cuartel en el que su padre fue un ejemplo para todos.
Rivas, nacido en Tucumán donde había comenzado su carrera, también estaba casado pero no tuvo hijos.
Además de su aporte en Escobar, González fue uno de los propulsores de dos grandes hitos:
Por un lado, impulsó la Ley Nacional de Bomberos, que contempla, entre otras cosas, la ayuda económica por parte del Gobierno nacional, el correcto equipamiento y formación del personal para optimizar las prestaciones gratuitas a la población.
El otro fue la creación de la Escuela de Cadetes. A pesar de que la misma había sido propuesta años atrás por su compatriota escobarense Edelmiro Oscar Schanz, al tiempo dejó de implementarse y Daniel volvió a incorporarla sabiendo la importancia de capacitar de manera específica a los más jóvenes.
“A los cadetes los cuidamos mucho, sabemos también que la enseñanza que reciben acá la trasladan a sus familias, por lo que la difusión de nuestra actividad va incorporando a más personas. Nosotros sabemos que muchos de estos chicos salen de la calle para asistir acá. Hay cada vez más chicos y esto nos pone muy contentos”, había declarado por esos tiempos González.
Al cierre de esta edición se desarrollaba una misa en la Co-catedral Natividad del Señor, donde la familia bomberil y vecinos recordaron y homenajearon a ambos héroes.